Nací y crecí en la hermosa isla de Puerto Rico, un territorio de los Estados Unidos. Asistí a una escuela privada llamada Colegio La Piedad, donde los maestros, directores y monjas de Ohio me educaron como una estudiante bilingüe desde que era muy pequeña. Más tarde, estudié en la Universidad de Puerto Rico, ubicada en San Juan, donde completé mi licenciatura en Estudios Interdisciplinarios, con una especialización en idiomas como francés, italiano y alemán. Siempre tuve una gran pasión por los idiomas extranjeros y disfrutaba trabajar en puestos que requerían servicio al cliente con personas de otros países.
Mientras estudiaba en la Universidad de Puerto Rico, uno de mis profesores me destacó como una de sus estudiantes más argumentativas en una clase de Filosofía orientada a la Ética, donde casi nadie hablaba. Me dijo que podría ser una gran abogada o trabajar en un campo relacionado con el Derecho Internacional. Fue en ese momento cuando comenzó mi interés por las leyes. En casa, tuve el mejor ejemplo a seguir: mi padre, quien trabajó toda su vida como abogado dedicado a ayudar a personas que no podían representarse por sí mismas, defendiendo sus derechos y asegurándoles un juicio justo. Estudié mi título de derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico y, en enero de 1999, obtuve mi licencia como abogada.
En marzo de 1999, trabajé en el Departamento de Asuntos del Consumidor como Jueza Administrativa de Derecho y Abogada Litigante. Más tarde, en julio de 2012, fui nominada por el Gobernador de Puerto Rico y confirmada por el Senado como Comisionada en la Comisión Industrial, manejando casos de compensación laboral también como Jueza Administrativa. En agosto de 2017, fui nominada nuevamente por el Gobernador y confirmada por el Senado como Presidenta de la Comisión Industrial de Puerto Rico, justo antes del huracán María.
Cuando me mudé a Texas, comencé mi práctica como Abogada de Inmigración, preparando a los clientes para sus audiencias, representándolos en procesos de deportación y entrevistas de residencia y ciudadanía con USCIS. Mi experiencia como jueza administrativa me ayudó a analizar ambos lados de cualquier argumento, enriqueciendo mi experiencia como abogada litigante. Desde entonces, he otorgado remedios legales a las personas de acuerdo con la ley y la justicia, así como luchado por los derechos de aquellos que necesitaban ser escuchados en mi rol como abogada. No planeo detenerme. Será un privilegio continuar haciéndolo y lograr para nuestros clientes la tranquilidad que merecen.